Al cierre de San Lorenzo y la Selección, se lo puede definir como capitán, cómo campeón del mundo, pero la mejor definición para Damián es: CUERVO DE LEY.
“Además de jugar futsal en mi tiempo libre me dediqué a
estudiar periodismo”, expresó Damián Stazzone. Sus dichos muestran una persona
hiperactiva, que no se queda solamente con él como jugador sino que también piensa
en el día de mañana, cuando dentro de unos pocos años deje de realizar este
deporte que lo apasiona tanto. Pero no es lo único que hace, aparte de ser uno
de los referentes del plantel de San Lorenzo y la Selección Argentina de fútbol
de salón, es director técnico de la cuarta división del cuervo en este deporte. No le alcanzó con ser quien tiene la voz de
mando cuando juega de cierre y tiene que ordenar a todos sus compañeros en el
equipo de primera división, con ser el DT del equipo dentro de la cancha. También dirige a una de las juveniles.
Portador de una pelada y una barba enpinada, que delata no
sólo ser el jugador más grande del plantel con sus 31 años, sino que además
demuestra su manera de juego dentro de la cancha: aguerrido, de los que meten miedo al momento de pasarlo y no les interesa tirarte por el suelo para que
no lo eludas. Pero es sólo su apariencia, ya que se trata de una persona
humilde, sencilla y sobre todo muy buena, más allá de ser parte del único plantel
campeón del mundo de futsal con la albiceleste en 2016, campeón de la Copa
América en 2015 y participar en campeonatos locales con San Lorenzo. Siempre
luego de cada partido se toma su tiempo para tomarse fotos, firmar autógrafos y
dar notas.
“Jugador de San Lorenzo de Almagro, cuervo y socio
refundador” se define él en su descripción del Twitter. Fanático hasta la
médula del Ciclón, a tal punto que lloró como un nene al entrar por primera vez
al Polideportivo Roberto Pando en su inauguración. O al donar a la subcomisión
del hincha una remera utilizada en el Mundial de Thailandia para rifar y juntar
plata.
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